Coloquialmente nos referimos a la dependencia emocional cuando “amamos demasiado” esta vinculación está basada, a grandes rasgos, en la inseguridad, baja autoestima, idealización y miedo al abandono o a la soledad.
Aprender a anteponerse a uno mismo en las relaciones sentimentales en las que la reciprocidad no es equilibrada es uno de los puntos más importantes para salir de esté vínculo que deja nuestro bienestar a merced de otra persona.
¿Qué es la dependencia emocional?
Es una dependencia afectiva o sentimental en la que hay un desequilibrio en la reciprocidad de los roles dentro de una relación interpersonal. De esta forma, la persona con un patrón dependiente desarrolla una serie de conductas desproporcionadas en la búsqueda de afecto en la otra persona, una intensa “necesidad del otro”.
¿Tengo dependencia emocional?
Para valorar si sufrimos dependencia emocional a la hora de establecer relaciones con otras personas, podemos fijarnos en algunos indicativos.
- Si experimenta miedo a perder a esa persona
que aprecia o valora.
- Su felicidad va ligada
a una persona, solo se siente tranquilo y completo cuando está con esta.
- Su autoconcepto, alegría y bienestar depende de cómo le tratan los demás, necesita percibir del exterior que es valorado para encontrarse bien consigo mismo.
- Cae fácilmente en chantajes emocionales, evitando conflictos y enfrentamientos.
- Antepone los deseos y opiniones de los otros a los suyos.
- Necesidad continua de afecto
y cariño experimentando ansiedad si no dispone del tiempo, atención o afecto que necesita en ese momento, siendo impulsivo y poco comprensivo.
- Pensamientos angustiosos sobre las consecuencias de finalizar la relación aunque no le haga feliz, lo que lleva a evitar la ruptura, no concibe la vida sin esa persona.
- Siente la necesidad de controlar
la vida de la otra persona, para tener la “seguridad” de que no la perderá, lo que suele derivar en un aislamiento social para estar solo con esa persona.
- Sentimientos de responsabilidad
sobre el bienestar de la otra persona, sintiéndose culpable si esta no es feliz.
Estos sentimientos suelen darse en el contexto de una relación sentimental, pero no es exclusivo de esta área, pudiendo ocurrir con amigos o compañeros. En definitiva se
tiende a una idealización de la otra persona, colocándose uno mismo en una valoración inferior, justificando y negando los errores o defectos para no afrontar el temor a la ruptura y consiguiente soledad.
Características de la dependencia emocional
En líneas generales hay determinadas características presentes en las personas que tienden a generar dependencia emocional.
- Baja Autoestima: Tienden a tener una idea de si mismos pobre, sintiéndose inseguros
en cuanto a sus capacidades y aptitudes, no confían en “tener lo suficiente” como para que alguien permanezca con ellos. Tienden por tanto a no establecer límites
entorno a sí mismos ya que consideran que sus necesidades son secundarias en la relación.
- Evitación de conflictos: Sienten la necesidad de agradar
a todo el mundo, les afectan mucho las críticas externas, por lo que procuran no exponer sus propios criterios, ideas y opiniones.
- Miedo a la Soledad: Llegando a generar ansiedad, no les gusta la idea de estar a solas ya que su autoconcepto depende de la opinión y reflejo anímico de terceras personas, por lo que viven soledad con angustia, inseguridad y como reflejo de un fracaso personal.
- Inestabilidad emocional: Alternando entre culpa, frustración, ansiedad y tristeza
que solo se estabiliza o calma cuando ven a la otra persona bien con ellas.
- Apego ansioso: Necesitando controlar lo que hace
la otra persona e intentando “monopolizar” su tiempo.
- Bajas habilidades sociales: tendiendo a inhibir sus emociones y llegando a “explotar”
de forma inadecuada con el consecuente sentimiento de culpa posterior.
¿Cómo salir y superar la dependencia emocional?
En líneas generales el objetivo es que la persona aprenda a respetarse, a confiar su valía como persona y que por lo tanto construya sus futuras relaciones interpersonales basándose en la igualdad y el respeto.
Los puntos a trabajar para superar la dependencia emocional serían:
- Mejorar la autoestima
para poder llegar a confiar en su propio criterio, anteponer sus necesidades y responsabilizarse de su propia felicidad.
- Aprender a estar solo, es habitual “desear” compartir la vida con alguien, pero no es lo mismo que “necesitar”
hacerlo. Saber estar a solas con nosotros mismos, conocernos y aceptarnos, es imprescindible para poder compartir la vida con otra persona.
- Trabajar ideas preconcebidas sobre el amor, amar no es igual a depender, sufrir, sumisión o pertenencia.
- Mejorar habilidades de comunicación: sobre todo las capacidades asertivas para saber establecer límites y decir no
sin culpa.
- Establecer nuevas actividades sociales
que abran el círculo de relaciones, ayuden a recuperar confianza, emociones y canalicen de forma adecuada algunas necesidades afectivas.
Es importante recordar que todo proceso lleva su tiempo, de tal forma que modificar los patrones asociados a la dependencia emocional no pueden cambiar de la noche a la mañana, no obstante, con paciencia y una buena definición de pequeños objetivos, tu estado emocional mejorará.
En definitiva, si quieres eliminar la dependencia emocional de tu vida, el camino pasa por pensar primero en ti mismo.